Amberes es el lugar perfecto para admirar a Rubens

¿Te encanta la arquitectura? Debes hacer un viaje cultural a Flandes entre 2018 y 2020, cuando los Maestros Flamencos serán el centro de atención.

Muchos prestigiosos museos albergan las obras de Rubens. Y aunque Amberes no es el único lugar en el que se exhiben, la ciudad bien merece una visita. Amberes ofrece una experiencia única para ver cómo vivía Rubens, de dónde sacaba la inspiración y cómo era su ciudad. La preciosa Casa de Rubens está abierta al público. Una gran parte del centro histórico de Amberes no ha cambiado desde el siglo XVII. Experimenta a Rubens de verdad y visita Amberes.

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Casa de Rubens - Wapper, Amberes - © Antwerpen Toerisme en Congres

Amberes

Da un paseo conmigo

Incluso en tiempos de Rubens, el callejón secreto Vlaeykensgang, que data de 1591, ya existía, así que es bastante probable que Rubens caminara por él. El callejón alberga el exclusivo restaurante con el nombre de uno de los mejores alumnos de Rubens: Sir Anthony Van Dyck.
Rubens no era amante de la arquitectura gótica, que creía que estaba desfasada. Una vista a Amberes, sin embargo, no estaría completa sin admirar la impresionante catedral. Rubens pintó cuatro obras maestras para esta iglesia que todavía pueden admirarse en ella. En 2018, la exposición permanente será incluso más accesible para todo el mundo.

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Por suerte para Rubens, Amberes en aquellos días tenía, aparte de la arquitectura gótica, un conjunto de edificios que también retrataban la típica perfección del Renacimiento. Los ejemplos más bonitos son el ayuntamiento, la Hessenhuis y la plaza Conscience. La llamativa arquitectura barroca que Rubens ayudó a introducir en Amberes se observa en la Casa de Rubens (diseñada por él mismo), la iglesia de San Carlos Borromeo, la iglesia de San Pablo y las de San Andrés y Santiago.

Pero aquí no acaba todo. El barrio universitario de Amberes también cuenta con verdaderas joyas, como el Hof van Liere, un palacio propiedad de la misma universidad. También merece la pena visitar la Casa de Rockox, un palacio que pertenecía a uno de los buenos amigos de Rubens. Y, por supuesto, no olvides pasar delante de la espectacular puerta de la casa Schockaert en Mutsaardstraat, 33. Si todavía tienes ganas de más, te sugiero hacer un descanso en el patio del restaurante Groote Witte Arend, seguido de una visita a otro palacio, el de la imprenta Plantin-Moretus. ¿Es hora de algo un poco diferente? ¿Por qué no ir de compras a algunos de los espectaculares palacios de la calle Meir?